En esta región se cultiva y cosecha el mejor café suave del mundo. También se ha convertido en un apetecido destino del turismo rural internacional, no sólo porque detrás de esta exquisita infusión hay una exitosa agroindustria de renombre mundial, de la que Juan Valdez es el emblema, sino porque el pueblo cafetero pone amor, dedicación y esmero a todos los aspectos de la vida. Para preparar la perfecta taza de café hay que saber vivir.
Nuestro café se distingue porque el grano es cosechado a mano, y se seleccionan solamente los frutos maduros y listos. Esto sucede en haciendas cafeteras de escala familiar y humana. Aquí no ha entrado la tecnificación deshumanizada. El café de Colombia tiene el sabor de su gente, y conocerla es una experiencia inolvidable. La oferta de alojamiento de excelente calidad es muy amplia, y el viajero interesado encuentra abundante información en ésta y otras webs. La Hacienda San José es una hermosa villa tradicional que compendia muy bien la cultura cafetera en La Virginia, Risaralda. Conserva su arquitectura original, así como el mobiliario y la ornamentación interior tradicionales.
Haciendas cafeteras ubicadas en Caldas, Quindío y Risaralda ofrecen alojamiento de calidad sin dejar a un lado la hospitalidad y calidez de la región, que por cierto se expresan a menudo en términos de gastronomía. Al visitante le esperan verdes caminatas por cafetales, jornadas a caballo entre el rumor de caídas de agua y cantos de aves, ratos de pesca apacible o paseos de montaña en bicicleta y visitas a pueblos cercanos. Parques temáticos como el Parque del Café y Panaca exaltan los valores de la cultura local y ofrecen diversión para todas las edades, exelente sitio turistico para ir junto a ti familia.