Santa Marta
En Santa Marta encontré que el realismo mágico de García Márquez no es una metáfora, es una forma poética y asombrosa de su gente ver y vivir la vida.
La ciudad más antigua de América del Sur está llena de una magia difícil de describir, su patrimonio arquitectónico inigualable, hermosos paisajes y un gran legado cultural, hacen de este paraíso natural un destino ideal para disfrutar, conocer y recordar.
Aquí es posible tenerlo todo, la Sierra Nevada de Santa Marta, con una red de ecosistemas única en el planeta, y enigmáticos vestigios arqueológicos de la cultura Tayrona Las playas del Parque Nacional Natural Tayrona, enmarcadas por una naturaleza virgen y exuberante, reconocidas entre las más bellas del mundo. Espacios poblados por bandadas de loros, infinita variedad de aves y manadas de monos aulladores que informan con su bullicio a los demás habitantes de la selva la presencia de excursionistas. Y un legado histórico, representado en la arquitectura y en las calles del centro histórico, un recorrido ideal para visitar la Catedral, los museos y el Malecón de Bastidas, donde además de conocer se puede gozar de un romántico atardecer.
Playas, manglares, coralinos y arrecifes hacen parte del paisaje selvático que adorna el Parque Natural Tayrona, uno de los mayores atractivos que tiene Santa Marta. Esta reserva natural de aguas cristalinas, arena blanca y amaneceres surreales es considerada como una de las bahías más hermosas de América, un sitio apacible e ideal, lleno de un encanto natural, donde confluye el sonido del mar y el aire puro de las montañas.El Parque ofrece amplias playas, de las cuales las tres más conocidas son: Cabo San Juan, Bahía Concha, un hermoso balneario con cabañas y restaurantes; Neguanje y Cañaveral, con su zona de camping y unas deliciosas playas en medio de la exuberante naturaleza.
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